Por Augusto Bohorquez
Bogotá - 22 de junio de 2008
[To our English-language readers: translation on the way...]
El día 7 de junio del presente año, en la página oficial de Relaciones Exteriores del Canadá, aparece el titular: “Canadá concluye negociaciones de Tratado de Libre Comercio en cooperación laboral y ambiental con Colombia.” [1]
Curiosamente, dicha negociación no contó con la debida difusión entre la inmensa mayoría de los ciudadanos que conforman los pueblos canadiense y colombiano. El ministro Canadiense de Relaciones Exteriores y Comercio Internacional, David Emerson, dice que este tratado “ayudará a solidificar los esfuerzos del gobierno colombiano para crear una democracia más segura, próspera y con equidad.” [2]
En primer lugar, ¿a qué tipo de democracia se refiere, cuando los tratados se hacen a espalda y en total secreto de sus pueblos?
Con este tipo de democracia, Canadá está demostrando al mundo que apoya uno de los regímenes más ilegítimos del planeta actualmente, como se puede concluir por el hecho generado desde la primera elección del presidente Álvaro Uribe Vélez, en Colombia; que fue obtenida gracias al control territorial de los grupos paramilitares, escándalo conocido y documentado como ‘La Parapolítica’ o política paramilitar.
Además, se modificó la Constitución para reelegir al presidente, para lo cual se contó con el voto decisivo de la representante a la Cámara Yidis Medina, que cambió de opinión a última hora gracias a la compra de su voto por parte del gobierno (según la propia confesión de la parlamentaria ante la Corte Suprema de Justicia); escándalo político que los medios de comunicación colombianos han bautizado como la ‘yidispolítica.’
Paramilitarismo de Estado
El paramilitarismo es una estrategia de estado- confesó el ex-jefe paramilitar Mancuso, en una de sus entrevistas en donde aseveró que él es prueba fehaciente de ello,- [3] pero hasta ahí no había problema, sino hasta que empezó a destapar y hablar acerca de la relación entre el paramilitarismo como estrategia de estado al beneficio de las trasnacionales, para garantizar tierra y mano de obra barata para la implementación de megaproyectos, por un lado, y prestar su seguridad para continuar teniendo una excelente ganancia comparativa, por el otro.
En ese momento, ya no pudo hablar más, y fue extraditado a los Estados Unidos; no para pagar por sus crímenes y masacres al pueblo colombiano que beneficiaron directamente a las trasnacionales. Con dicha extradición se ve afectado el derecho a la verdad y reparación de los familiares de las víctimas, ya que la justicia norteamericana lo requiere para ser juzgado únicamente por narcotráfico.
Canadá también negoció con uno de los países con mayor violación de derechos humanos, perpetrados a defensores de derechos humanos, miembros de partidos políticos de oposición, miembros de movimientos sociales, sindicalistas, estudiantes, campesinos e indígenas que se oponen a un régimen ilegítimo y sus políticas. Hoy, Uribe macartiza todo tipo de oposición, al señalarla como ‘terrorista’.
Colombia: sin Estado de Derecho
Semanas atrás del cierre de las negociaciones del tratado de libre comercio (TLC) entre los dos países, en beneficio de la ‘democracia’, el presidente colombiano, Uribe, durante la intervención en uno de los denominados ‘consejos comunitarios’, llamó desde el ejecutivo a la eliminación paulatina del estado de derecho.
Uribe mostró a la comunidad nacional e internacional el carácter autocrático de su gobierno (que se vería reforzado con la nueva reelección que se mueve como una nube tormentosa que amenaza la atmósfera política en Colombia, al monopolizar y socavar el equilibrio de poderes en el que se fundamenta el Estado de Derecho que constituye una democracia) al desconocer diferentes clases de autonomías y derechos constitucionales, tanto en el caso de la autonomía indígena, como el derecho al debido proceso y la autonomía universitaria y sus procesos en defensa de la vida.
Por una parte, cuando los indígenas reclaman la falta de cumplimiento del estado colombiano con acuerdos y sus derechos, el gobierno, por medio del ministro de agricultura, señala a los indígenas como “elementos desestabilizadores,” y recalca la decisión de pagar recompensas por los líderes indígenas que luchan por sus derechos.[4]
En otro mal llamado ‘consejo comunitario’, el mismo presidente ‘democrático’, avalado y respaldado por Harper, se refiere a algunos senadores de la oposición como “auspiciadores de terroristas” y le ordena al general Gómez Méndez: “judicialícelos y métalos a la cárcel.”[5]
Todo, según el señor presidente, amparado en el discurso antiterrorista, con el desconocimiento de la Constitución Política de Colombia.
La autonomía universitaria también es atacada por el autoritarismo del ejecutivo cuando el mismo presidente Uribe en Mayo 29, deja clara la decisión del Gobierno: "La Policía debe entrar a cualquier recinto universitario”, se olvida una vez más el señor presidente que la autonomía universitaria está garantizada por la ley. [6]
Canadá: ¿la ‘tercera vía’ o más de lo mismo?
Hoy Canadá se presenta a Latinoamérica como la ‘tercera vía’ diferente al modelo presentado por los Estados Unidos y Venezuela. ¿Es esto cierto? Al estudiar los Tratados de Libre Comercio en Latinoamérica, se llega a la conclusión que cada nuevo acuerdo comercial es progresivamente más perjudicial para estos países.
El TLC entre Colombia-Canadá es de suponer una copia al carbón del TLC firmado entre Colombia y EEUU, pero rechazado en el congreso de los EEUU por el sinnúmero de violaciones de derechos humanos perpetrados en Colombia por parte del Estado.
Estos tratados manejan el discurso del llamado ‘desarrollo’ y su situación de doble ganancia o‘win- win situation’. Ahora, si analizamos la falacia del desarrollo y la democracia, se ve en un caso histórico - el Tratado de Libre Comercio con México- que uno sólo tiene que dejar la burbuja de aire de Cancún para darse cuenta de la pobreza que ha generado.
Así mismo, la democracia mexicana ha quedado en entredicho al observar la forma en que se desarrollaron las elecciones que culminaron con la elección del ‘presidente’ Calderón.
Con el TLC Canadá-Colombia, lo que está en juego es la decisión canadiense de definir su política exterior y qué tipo de desarrollo y democracia estamos apoyando; pues, al ratificar el TLC Canadá- Colombia, los canadienses nos volveremos cómplices de los crímenes perpetrados por el régimen ilegítimo de Uribe.
La decisión de firmar este TLC con Colombia en beneficio de intereses privados, y por encima del interés general de la población, de las dos naciones, agravará la situación de hambre, salud y educación en Colombia y con esto traerá los ya conocido problemas sociales que se pueden generar.
La lógica de acumulación promovida por estos tratados es una lógica que beneficia el capital transnacional en detrimento de los pueblos. Si esta es la política exterior del Canadá, se le debe informar a su pueblo y al mundo; pues al presentarse como una ‘tercera vía’, mejor que la ofrecida por EE.UU. o Europa, se está mintiendo acerca de lo que significan este tipo de tratados, pues son igualmente perjudiciales y nefastos para la población.
Además, se está utilizando el supuesto 'buen nombre’ internacional que tiene Canadá con respecto a su política exterior: ¿Qué tipo de desarrollo y democracia está exportando?, pues si es la del caso colombiano, es igual a la política exterior estadounidense.
Canadá, al aprobar el TLC con Colombia, decidirá cuál es el modelo de 'desarrollo' que pretende: ¿desarrollo para las transnacionales?
Hoy más que nunca sabemos por la experiencia que este sistema es insostenible en términos del ambiente y la seguridad económica, alimentaria, humana y de inclusión política, y es nuestro derecho y obligación construir un nuevo modelo para garantizar la supervivencia del planeta, de las especies y de nosotros los humanos.
Esto sólo va a ser posible si lo hacemos de forma integral, si formamos un solo coro con todas nuestras voces y experiencias, para conseguir la fuerza necesaria que produzca los resultados que buscamos.
Finalmente, recordemos que el cierre de las negociaciones del TLC Colombia-Canadá no representa la entrada en vigencia del tratado bilateral, por eso invitamos a los pueblos de Colombia y Canadá y las diferentes organizaciones sociales, políticas, estudiantiles, sindicalistas, campesinos, indígenas, mujeres y otros a realizar una inmediata movilización en rechazo de dicho tratado que va en contravía de los dos pueblos y en beneficio únicamente de las transnacionales.
Nosotros los pueblos que creemos en la posibilidad real y necesaria de crear un mundo más justo y solidario de inclusión con justicia social y en defensa de la vida, tenemos el derecho democrático de exigir la no firma de esta tratado por ser lesivo para nuestros pueblos.
Se convoca:
Primero, a enviar cartas no únicamente a nuestros gobiernos (canadienses a los MP’s y colombianos a la presidencia) sino tambien, canadienses al gobierno colombiano y viceversa.
Segundo, planear una acción conjunta de los pueblos en frente de embajadas y/o consulados en los dos países, demostrando el poder del pueblo y la inconformidad de los mismos por la ilegitimidad de nuestros gobiernos a firmar estos tratados a espalda de nosotros los que dicen representar.
De esta forma, recordémosles a nuestros gobiernos que la legitimidad se gana únicamente representado los intereses de sus pueblos y este tratado No representa los intereses de nuestros pueblos, únicamente los intereses de las transnacionales.
Notas:
[1] Foreign Affairs and International Trade Canada. (Junio 7, 2008). Trade negotiations and agreements, news releases and backgrounder. Versión electrónica. encontrado el 21 de junio de 2008 en http://www.international.gc.ca/trade-agreements-accords-commerciaux/agr-acc/andean-andin/can-colombia-colombie.aspx?lang=en
[2] Ibid
[3] BBC Mundo. (16 de mayo 2007). Uribe defiende. BBC Mundo. Versión electrónica. Encontrado el 21 de junio de 2008 en http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america/newsid_6660000/6660281.stm
[4] Audio del sabado 24 de mayo 2008 durante el consejo comunitario de Florida Valle. Versión electrónica. encontrado el 21 de junio de 2008 en http://nasaacin.org/audio/uribeenflorida.mp3
[5] Ibid
[6] El tiempo (29 de Mayo 2008). Entrar a universidades en las que se presenten acciones violentas ordena presidente Álvaro Uribe. El tiempo. Versión electrónica. Encontrado el 21 de junio del 2008 en http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-4216875
June 24, 2008
Canadá: ¿la ‘tercera vía’ o más de lo mismo?
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment